Este plato es una verdadera joya de la alta cocina, combinando la sofisticación de la carne de un bogavante azul con la riqueza de los corales de sus cabezas y el lujo del sabor de un buen caviar. Soasamos la carne el cuerpo y las pinzas del bogavante, y las servimos sobre una cama formada por una crema de coral y una demiglace reducida de sus carcasas.
Lo acompañamos con 10 gr. de caviar que situamos encima del cuerpo, para que aporte ese punto de untuosidad, mantecosidad y salinidad único que nos aporta el caviar.